Vuelve

Desde la última vez que estuviste por aquí,
no he podido recordar tu rostro.
Me ha costado medir el tiempo
entre cada respiración que diste,
esa noche sin estrellas,
en la que llovía,
y lamentaba oscuridad.
Aquella vez...
en que miraba mis manos sin parar,
para evitar la fragilidad.
Mis manos que ansiosas,
tocan un alma que no está,
que me habla en sueños,
que me acompaña
en el dolor que ya se esfuma.
Porque,
el camino es más largo,
las autopistas son más amplias,
los techos se vuelven más altos,
y hasta desaparecen,
las miradas dicen más,
los silencios dejan de estorbar,
y tu rostro,
tu respiración,
tu voz,
vuelven a la claridad.